¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

Nicolás Pedemonte Rojas, director del Centro Vives: «Urge garantizar una migración regular que permita a las personas participar de forma plena y formal en la sociedad»

Septiembre, 2024 | Calidad de vida, Entrevista, Sociedad

Nicolás Pedemonte Rojas

Doctor en Sociología por la Universidad de Barcelona y director del Centro Vives UAH.

 

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El estudio titulado “Nuevos contextos migratorios desde la pandemia: una mirada estadística de América Latina y el Caribe”, elaborado por el Centro de Ética y Reflexión Social Fernando Vives SJ en colaboración con Centro de Gestión del Conocimiento del CELAM, se presentó esta semana y ofrece un análisis exhaustivo sobre cómo la crisis sanitaria y económica producto del COVID-19 exacerbó la vulnerabilidad de la población migrante a lo largo del continente.

La transformación de las dinámicas migratorias debido al cierre de fronteras durante la pandemia es uno de los puntos llamativos, ya que —aunque podría pensarse que las restricciones de movilidad podrían haber limitado la migración— el estudio revela que la movilidad humana no solo continuó, sino que se adaptó a nuevas realidades, generando crisis humanitarias en diversas zonas.

Conversamos con Nicolás Pedemonte Rojas, director del Centro de Ética y Reflexión Social Fernando Vives SJ —conocido como Centro Vives— y doctor en Sociología, para profundizar en las motivaciones detrás de este informe, sus reflexiones sobre los resultados y los posibles planes de acción que podrían tomar las autoridades a nivel local y regional.

 

Nicolás Pedemonte es director del Diplomado Internacional en Migraciones, Integración y Políticas Públicas, que imparte la Universidad Alberto Hurtado en colaboración con la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (Perú). Se trata de un programa nuevo, en formato asincrónico, que busca contribuir a la reflexión, comprensión y gestión del fenómeno migratorio, con énfasis en la elaboración de políticas públicas desde un enfoque de derechos.

Pedemonte, que se ha desempeñado como investigador y docente experto en movilidad humana en distintas universidades a nivel global —EE. UU., Canadá, México, Barcelona— presentó la primera parte de este informe en septiembre de 2023, con tintes más bien cualitativos, a diferencia del que se dio a conocer ahora, que incluye encuestas y datos cuantitativos. Eso, reconoce, fue uno de los mayores retos de la investigación: la obtención de data reciente y homogénea entre los países de la región. “No contamos con datos homologables, así que recurrimos a diversas fuentes de información oficial en los países. Aunque enfrentamos lagunas importantes, logramos construir un análisis comparativo que consideramos el corazón de este estudio”, explica.

Estructurado en cuatro ejes principales —Migración rumbo al norte, Eje Venezuela-Colombia, Eje Andino y Eje Atlántico—, el informe utiliza herramientas como el Índice de Riesgo Socioeconómico para la Población Migrante (IRM) para estandarizar y evaluar el riesgo de exclusión social y económica en diferentes países. “Las rutas en sí no cambiaron, pero sí los puntos de ingreso, lo que ha hecho las fronteras más porosas y peligrosas para los migrantes”, señala el investigador respecto del flujo migratorio postpandemia. Además, asegura, los gobiernos, “incluso los progresistas”, han reforzado las medidas de control con un enfoque punitivo, destinando recursos al control migratorio en lugar de proteger los derechos de las personas que migran.

El estudio también destaca que los países del Eje Andino presentan un alto riesgo socioeconómico para la población migrante, especialmente para quienes salen de Venezuela. “En países como Ecuador, Perú y Chile, los migrantes compiten arduamente entre sí y con la sociedad de acogida por acceder a un bienestar que a menudo es excluyente”, cuenta, afirmando que Chile en particular les significa un alto riesgo debido a las altas tasas de xenofobia y discursos de odio “alimentados por un manejo irresponsable de la información por parte de algunos medios y la instrumentalización política de la migración”.

En ese sentido, advierte sobre el rol de los medios de comunicación y la instrumentalización política de la migración: “El aumento de los discursos de odio y antimigrantes se ha potenciado, en parte, por la violencia y conflicto en las fronteras, resultado de medidas de control y protocolos que no han facilitado el ingreso”, comenta. A nivel mediático, explica, esto ha impactado la opinión pública, con un manejo que generaliza comportamientos negativos e incita a una animadversión generalizada por parte de la población local hacia la migrante.

Por la misma razón, el director del Centro Vives asegura que “es crucial que tanto el Estado como la sociedad civil condenen los discursos de odio, el sensacionalismo y la instrumentalización política de la migración”, a la vez que considera “urgente” desarrollar políticas públicas que garanticen el acceso universal al bienestar, promoviendo una migración regular que permita a las personas participar de forma plena y formal en la comunidad y la economía. Para ello propone que los países de la región trabajen de manera conjunta para abordar el crimen organizado de forma transfronteriza y propongan medidas como las visas humanitarias, que facilitarían el ingreso seguro de migrantes, manteniendo a raya la intervención de organizaciones criminales.

Descarga el estudio “Nuevos contextos migratorios desde la pandemia. Una mirada de América Latina y el Caribe” <<<

El lanzamiento de “Nuevos contextos migratorios desde la pandemia: una mirada estadística de América Latina y el Caribe” tuvo lugar en el Campus Patrimonial de la Universidad Alberto Hurtado, en un evento que contó con la participación del rector Cristián del Campo SJ, quien antes de asumir en su cargo se desempeñaba como capellán del Servicio Jesuita a Migrantes. En su intervención, el rector de la UAH se refirió al compromiso de la Compañía de Jesús con las personas que migran, señalando que “muchísimos hombres y mujeres quieren acoger, tender una mano, integrar verdaderamente a las personas, independiente de su procedencia. Y eso es una fuerza de resistencia frente a tanto discurso de odio, tanto desprecio y tanta discriminación”.

El cardenal Álvaro Ramazzini, presidente de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR) —conectado desde Guatemala, donde es obispo de la Diócesis de Huehuetenango— también destacó la relevancia de este estudio, asegurando que “necesitamos este tipo de trabajo intelectual, que supone investigación fundamentada en la objetividad y la ciencia, porque sin ello no tendríamos argumentos para poder ofrecer soluciones y nuevas perspectivas a quienes tienen el poder de decidir, es decir, a los gobiernos de la región”.

Guillermo Sandoval, director del Centro de Gestión del Conocimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), reveló que antes de hacerse público, este estudio fue entregado a la presidenta del Consejo Económico Social de Naciones Unidas, Paula Narváez, y al observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, monseñor Gabriele Caccia, quienes “valoraron el informe como un elevado servicio a la comunidad internacional”.

El evento concluyó con un panel moderado por la doctora en Sociología Nairbis Sibrian, en el que participaron la doctora Neida Colmenares; el coordinador de la Oficina de Promoción de DD. HH. de la Ilustre Municipalidad de Estación Central, Ariel Ramos, e Ignacio Eissmann, director de Estudios e Incidencia del Servicio Jesuita a Migrantes.

Revisa la transmisión del lanzamiento:

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