¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

Tenemos que ser responsables con la curiosidad y las preguntas que nos despiertan los objetos

Enero, 2020 | Calidad de vida, Cultura, Entrevista

Sandra Accatino

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Sandra Accatino ha enseñado por veinte años historia del arte en Chile. Este riguroso trabajo abandera un compromiso social que se resume en este libro “Mirar de lejos” de Ediciones Universidad Alberto Hurtado, donde describe más de 50 piezas del arte moderno con sus luces, sombras y materiales. Y lo fascinante es que lo hace con un placer, que obliga al lector a aceptar la  invitación de mirar con lupa obras artísticas universales.

¿Para qué escribir, enseñar o leer sobre objetos hechos hace siglos, en lugares que nos parecen tan lejanos? Esta es la pregunta que cruza el libro  publicado por Ediciones Universidad Alberto Hurtado “Mirar de lejos, descripciones” de Sandra Accatino. En esta entrevista, la académica del Departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado, cuenta cómo se fue dando la posibilidad de armar esta publicación y la relevancia actual de aprender sobre las grandes obras para analizar objetos más cercanos como los cómics, los grafiti, las piezas conservadas en museos y en espacios públicos, los videojuegos o los libros ilustrados.

-¿Cuándo y por qué surge la idea de hacer este libro?-

-Parte de una invitación que me hacen Patricia Ready y Susana Ponce de León, directoras de la Galería que lleva su nombre y de La Panera respectivamente, a colaborar con una columna en esta revista cultural mensual, gratuita, con artículos diversos y muy buenos, un bello diseño y con una amplia circulación. Muy pronto los textos fueron adquiriendo su formato definitivo. Una descripción y un análisis de 3.000 caracteres, de un objeto vinculado a las artes visuales realizado entre 1400 y 1900, dirigido a lectores interesados, pero no especialistas. Después de cuatro años, tenía ya un corpus de más de sesenta descripciones, que recorrían a su manera la historia del arte moderno europeo.

Conversamos con Paula Dittborn, la directora de la Colección Arte de las Ediciones de la Universidad Alberto Hurtado, y decidimos postular al Fondo del Libro y la Lectura para que el libro pudiera tener todas las características de impresión que requería el tema y pudiera, al mismo tiempo, ser adquirido a un costo relativamente bajo. A los artículos le sumamos las referencias bibliográficas y el glosario, que escribimos juntas, y el prólogo que Ana María Risco accedió amablemente a  escribir.

-¿Por qué es necesario su contenido en el Chile actual?-

-Creo que el libro nos invita a detenernos a mirar y volver actuales unas obras que, a pesar haber sido realizadas en épocas y lugares distantes, son también nuestras contemporáneas. La brutal reflexión sobre el envejecimiento y el anhelo por recuperar el deseo y el placer sensual que Lucas Cranach trazó en 1546 en La fuente de la juventud, la búsqueda por definir la propia individualidad creadora a partir de la diferencia y también de la apropiación que aparece en los autorretratos de Artemisia Gentileschi (c. 1638-1639) y Albrecht Dürer (c. 1500) parecen tan pertinentes e iluminadores hoy como en el momento en las que estas pinturas fueron realizadas. De igual manera, el taller de ceroplástica en el que Clemente Susini produjo sus Venus anatómicas (c. 1782-1783) tiene algo que decirnos respecto a la búsqueda de materiales que solemos asociar casi exclusivamente a la experimentación en las esculturas contemporáneas, tal como el desafío a las categorías con las que se suele pensar hoy el arte estaba ya implícito en la Copa con huevo de avestruz y corales de Clement Kicklinger (hacia 1570-1575) y en los fantásticos objetos de los gabinetes de curiosidades del siglo XVI y XVII, en los que se mezclaba lo religioso y lo secular, lo artificial y lo natural, la artesanía con las bellas artes, lo doméstico y lo exótico.

-¿Cómo fue elaborarlo?-

-Tal como te decía, la obtención del Fondo del Libro y la Lectura fue gravitante para poder editar e imprimir el libro. Paula Dittborn y Cecilia Bettoni realizaron una selección y edición de los textos, mientras Ana María Risco escribía el prólogo y yo reunía las referencias bibliográficas que había tenido a mano o en mente cuando escribí las descripciones. Una vez completada esta fase, junto a Paula Dittborn escribimos el glosario de términos artísticos y la línea de tiempo. El diseño del libro estuvo a cargo de Paula Jaramillo, que hizo un trabajo increíble. Me siento feliz, orgullosa y privilegiada de haber trabajado con todas ellas.

-¿Qué lo hace diferente a otras publicaciones que hablan de literatura artística?-

-Mirar de lejos  está escrito lejos de los centros en los que este arte fue producido o es actualmente exhibido. Mientras la mayoría de  las compilaciones de textos sobre obras de arte moderno han sido escritos por y para los grandes museos de Europa y Estados Unidos, por autores europeos y norteamericanos o  para públicos que tienen acceso directo a una parte importante de las obras descritas, Mirar de lejos, en cambio, ha sido escrito recogiendo la experiencia de enseñar historia del arte en Chile y ha sido pensado para lectores interesados pero no especialistas, eventualmente alejados de esos mismos grandes centros.

La condición periférica del libro se manifiesta también en la selección no canónica que propone de pinturas, grabados, esculturas y objetos producidos en Europa entre los siglos XV y XIX. Intenta hacer un ejercicio de desplazamiento y apertura, porque si bien presenta obras que pertenecen al canon, varias de ellas han permanecido en los márgenes de la historia tradicional del arte. Desde esa lejanía y a partir de esos objetos bien disímiles entre sí, Mirar de lejos intenta responder una pregunta implícita en el hacer disciplinario de la historia del arte: ¿para qué escribir, enseñar o leer sobre unos objetos hechos hace siglos, en lugares y culturas que nos parecen tan lejanas? Los textos, creo, son bastante autoreflexivos respecto a esas preguntas.

-En el prólogo Ana María Risco habla de la pasión que le mueve. En ese sentido: ¿Cuánto de pasión hay en este trabajo y cuánto de investigación?-

-Una investigación hecha sin pasión es una pérdida de tiempo y una tortura. ¿Para qué hacer algo si no nos apasiona hacerlo? Al mismo tiempo, también creo que tenemos que ser consecuentes y responsables con la curiosidad y las preguntas que nos despiertan los objetos y los temas que nos apasionan e  intentar llegar a unas respuestas o a otras preguntas que nos permitan avanzar en su conocimiento.

-¿Qué obras o autores descritos cree que son imprescindibles para el primer acercamiento al estudio del arte?-

-Como este libro está escrito sobre todo para un lector que se relaciona desde el gozo y la curiosidad con el arte, pero que no es necesariamente un especialista, cualquier obra que llame su atención es imprescindible, porque desde ese primer llamado puede ir extendiendo su interés hacia otros objetos o temas vinculados al arte.

-¿Por qué eligió  la obra de Frank Waller para la portada?-

-El proceso de la elección de la portada fue muy complejo. La paciencia de Paula Jaramillo, la diseñadora, y de Paula Dittborn, la directora de la Colección Arte de las publicaciones de la UAH, fue infinita. Teníamos la idea de incluir al espectador dentro de la portada y varias de las alternativas de imágenes tematizaba la relación entre la mirada y una pieza de arte. Probamos una fotografía tomada por Elliott Erwitt en el Louvre en los años 60, las litografías y dibujos de Daumier de los Salones Oficiales y otras pinturas contemporáneas a las de Waller, pero finalmente nos quedamos con ella. Muestra el interior de la Sala H del Metropolitan Museum de Nueva York cuando se encontraba en su anterior ubicación. Nos pareció interesante que en la imagen convergieran una serie de objetos particularmente heterodoxos. En ella se pueden ver jarrones, esculturas de mediano formato, pinturas de paisajes, retratos, pinturas históricas y religiosas, además de una copia de la Mona Lisa, algo que también ocurre con la muy diversa colección de obras que reúne este libro. Y estaba, también, el juego que se produce entre el llamado a “mirar de lejos” del título y la mirada muy cercana que propone la mujer que se acerca a la pintura…

-¿Qué le gustaría que dijeran de esta publicación?-

-Que leerlo da ganas de detenerse a mirar. No solo los objetos que describo, sino también otros, quizás más cercanos: los cómics y los grafiti, las piezas conservadas en museos y en espacios públicos, los videojuegos, los libros ilustrados. Y que dan ganas de ver y leer más de arte.

Links UAH:
Facultad de Filosofía y Humanidades
Sandra Accatino
Postgrado UAH
Ediciones UAH

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