¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

Elizabeth Lira: «Hemos oscilado entre la justificación y la negación de las violaciones a los DD. HH.»

Diciembre, 2023 | 50 años, Entrevista, Sociedad

Elizabeth Lira

Directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Alberto Hurtado

Compartir esta publicación

EmailFacebookWhatsAppTwitter

La psicóloga especialista en DD. HH. y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2017, Elizabeth Lira, es la directora del nuevo Centro de Derechos Humanos de la Universidad Alberto Hurtado, recientemente inaugurado. En esta entrevista da cuenta de los objetivos que tiene el Centro y su aporte a la sociedad.

Elizabeth Lira, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado, ha dedicado su vida profesional a investigar, estudiar y analizar los procesos de violencia política, convivencia y reparación social de Chile.

Durante la dictadura de Pinochet trabajó en el Programa Médico Psiquiátrico de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas y en democracia, en 1988, cofundó el Instituto Latinoamericano de Salud Mental y Derechos Humanos (ILAS), que brindaba atención psicoterapéutica a familiares de personas detenidas, desaparecidas y/o ejecutadas, así como víctimas de tortura y exiliados(as).

En los años 90 integró instancias de búsqueda de verdad y reparación como la Mesa de Diálogo (1999- 2000) y la Comisión Valech, en las instancias de 2003 y en 2010. En consecuencia, este 2023, cuando se cumplieron 50 años del golpe de Estado, fue una voz para reflexionar sobre la memoria, la crisis social y política que impide avanzar y escuchar al otro.

En una entrevista a Open Democracy recordó que, en su experiencia, las huellas de la tortura y la violencia son indelebles: “Ha pasado el tiempo y es como si ello hubiera ocurrido ayer. Otras personas pudieron recuperar su vida, darle sentido a la experiencia vivida”.

En el diario El País, en tanto, analizó la violencia en el debate público: “Hoy en día, en Chile, un problema serio es no poder reconocer que en la base común de la convivencia sí compartimos valores y que son los que constituyen la posibilidad de respeto de unos por otros y la posibilidad de convivir democráticamente. La convivencia humana no es viable si no le reconoces valor al otro”.

Como autora de una lista de libros, Elizabeth Lira es un referente para contextualizar la incapacidad de los países para entender que los DD. HH. no son sinónimo de denuncia de violaciones, sino que hay que “ir más allá”, como ella dice, afirmando sus fundamentos como ética universal.

En esa línea, el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Alberto Hurtado, mediante el trabajo interdisciplinario, buscará promover, articular y consolidar la formación e investigación en temáticas de DD. HH., en estrecha colaboración con actores e instituciones de Chile y el mundo, con la finalidad de fortalecer la democracia, la justicia social y el bien común.

—¿Cómo surge este Centro y cuál es su propuesta?

Este Centro es heredero del Programa de Memoria y Derechos Humanos que iniciamos en 2015 en la Universidad Alberto Hurtado con los proyectos, investigaciones, web y casi los mismos investigadores e investigadoras que lo iniciaron. Responde a la política de unidades asociativas de la UAH y a la necesidad de tener un centro con un cierto foco que asuma la trayectoria de la Universidad en estos temas. El Programa de Memoria y Derechos Humanos se consolidó al abordar temáticas de memoria desde perspectivas multidisciplinarias e internacionales, asumiendo los estudios realizados desde el Centro de Ética como un componente identitario de la UAH.

—¿Tiene pensado tener una línea de publicaciones?

Eso no lo puedo responder todavía. Se podrá proyectar en la medida en que el Centro se consolide como ocurrió con el Programa. En los últimos años hemos desarrollado un sello muy distintivo de nuestro trabajo, que es la Cátedra en Derechos Humanos José Aldunate SJ, una iniciativa del Programa de Memoria y Derechos Humanos de la UAH, que es un tremendo seminario que desarrollamos y que continuaremos haciendo cada año. Este 2023 hemos completado la quinta versión de esta Cátedra, que es una ocasión para reflexionar sobre el país desde la perspectiva de DD. HH. Como programa hemos hecho publicaciones, pero por el momento no estamos pensando en que tengamos capacidad de emular lo que es el Anuario de Derechos Humanos de la Universidad de Chile o el Informe Anual de Derechos Humanos de la UDP. Creo que tenemos que hacer algo distinto y que sea complementario. A mí me parece que la riqueza de este Centro es poder colaborar, complementar el trabajo sobre DD. HH. desde el campo académico en la docencia, la investigación y la difusión, y poder llenar otros espacios que se pueden hacer desde la universidad.

—¿Qué nuevas preguntas va a responder este Centro?

Tenemos una línea fuerte de educación en DD. HH. porque varios miembros del Centro tienen un convenio con el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones (CPEIP) del Ministerio de Educación para desarrollar un programa de formación para profesores y profesoras en temas de DD. HH. Ese producto salió hace tiempo y también publicaron una web interesante que orientaba a los docentes en la incorporación de estos contenidos en el aula.

—¿Este Centro es un desafío para usted?

Es un desafío no solo para mí, sino para todo el equipo. Ocurre que tenemos que sentarnos a pensar junto a otras personas; pensar en cuáles son las necesidades y los requerimientos de la sociedad en materia de formación y de investigación, no solamente en relación con los temas de violaciones de DD. HH. en el pasado. Tenemos que pensar en la formación de las próximas generaciones.

—¿Es posible que las carreras de pregrado UAH se comiencen a impartir con un enfoque de DD. HH.?

Sí. Creo que tenemos que pensar en la sociedad y empezar por casa. Tenemos facultades muy eficientes trabajando en temas muy interesantes y creo que tenemos que conectarnos para considerar la formación en DD. HH. como parte de la ética fundamental.

—¿Cómo explica los discursos negacionistas?

En esta sociedad hemos oscilado entre la justificación y la negación de las violaciones a los DD. HH. No es resultado de la falta de educación de la memoria, sino que son visiones políticas y éticas que no se hacen cargo de las consecuencias sobre la vida de las personas y la convivencia política.

—Por último, ¿qué aporte han tenido en materia de DD. HH. los dos proyectos constitucionales que hemos tenido?

No es fácil responder esta pregunta, pues en teoría los proyectos constitucionales se fundan en el establecimiento y regulación de derechos. Pero en los proyectos se ha dado más visibilidad a las disputas sobre las distintas visiones valóricas relativas a esos derechos. Resulta difícil para la mayoría de la sociedad entender y asumir las implicaciones de esas visiones y comprender que se trata de asuntos que nos conciernen vitalmente. Las franjas televisivas, en este último periodo, no informan adecuadamente ni se refieren de manera explícita a la priorización de valores. Parecen más bien apuntar  a persuadir apelando a imágenes, emociones, miedos y pérdidas, sueños y deseos, como si se tratara de una propaganda comercial, sin posibilitar el conocimiento y la profundización de los contenidos del texto para tomar una decisión de voto. Parece buscarse la adhesión, no la reflexión.

Links UAH:
Elizabeth Lira, académica de la Facultad de Psicología UAH
Postgrado UAH
Ediciones UAH

Otras publicaciones que te pueden interesar