El mapa de las desigualdades territoriales en salud
Tras cuatro años de estudiar la relación entre geografía y salud hacen que el investigador de la Universidad Alberto Hurtado Manuel Fuenzalida entregue un diagnóstico muy pesimista: el acceso efectivo a una cama hospitalaria en nuestro país depende de dónde vives, en qué región y, en particular, de si eres pobre o no.
Manuel Fuenzalida, académico del Departamento de Geografía de la Universidad Alberto Hurtado, es el investigador responsable de dos proyectos importantes relacionados con la atención hospitalaria en Chile. El primero es el Proyecto Fondecyt Regular número 1190874, titulado “Variabilidad geográfica en el acceso a la atención hospitalaria en Chile”, y el segundo es el proyecto ANID-COVID 0476, titulado “Resiliencia y geografía del impacto por déficit o postergación de atenciones hospitalarias para enfermedades crónicas frente a la pandemia COVID-19”. Ambos estudios piezas fundamentales de la investigación del grupo GeoSalud de la Universidad Alberto Hurtado que entregó hallazgos sobre cómo la ubicación geográfica de un paciente influye significativamente en el acceso a la atención hospitalaria en Chile.
Según cuenta, el equipo ha trabajado durante cuatro años y la evidencia es que la posibilidad de elegir entre prestadores públicos o privados de salud y cerca del lugar de residencia es una opción que está disponible en muy pocos territorios.
—¿Cómo determinaron que la ubicación geográfica influye en el acceso a la atención hospitalaria?
La ubicación geográfica es esencial porque determina qué tan cerca o lejos te encuentras de un hospital o centro de atención médica. Nuestros resultados muestran que en Chile algunos pacientes tienen una ventaja geográfica en términos de acceso efectivo a camas hospitalarias. Esto se debe a que la existencia de un hospital en su zona, independientemente de su capacidad, permite una atención más directa y rápida a las necesidades de salud, especialmente, en situaciones de urgencia.
—¿Existen territorios que no tienen hospitales?
Nuestros resultados revelan que la distribución de las instalaciones hospitalarias en Chile está desequilibrada, lo que crea desigualdades territoriales en la atención médica. Las comunidades ubicadas en zonas densamente pobladas suelen tener un mejor acceso a la atención hospitalaria en comparación con las áreas urbanas marginales y las localidades rurales. La distancia al hospital y las barreras de movilidad son factores cruciales para considerar, ya que cuanto más lejos se encuentran las instalaciones hospitalarias públicas, menor será la frecuencia de uso de las camas hospitalarias en esas áreas periféricas o rurales.
—¿Cómo cree que esta evidencia pueda influir en la planificación de servicios de salud y en la práctica médica en Chile?
Estos hallazgos tienen implicaciones profundas para la planificación de servicios de salud en nuestro país. Por ejemplo, hemos identificado que de los 177 hospitales públicos que atienden a múltiples patologías, 112 de ellos presentan una cobertura geográfica limitada a su entorno local en un 82%, lo que significa que no están atendiendo adecuadamente a la población que reside en una comuna distinta a donde está ubicado el hospital. Esto se debe en parte a la falta de equipamiento clínico y médicos especialistas en estos hospitales. Esta información es crucial para estructurar un sistema de referencia y contrarreferencia efectivo para el acceso a camas hospitalarias, donde a menudo lo más importante no es la complejidad del centro médico, sino simplemente su existencia.
—Cuando una persona se enferma se enfrenta a varias preguntas, una de las más importantes es saber si va a poder recibir atención oportuna y de calidad.
En Chile una parte importante de esa respuesta está condicionada por dos factores que se concatenan: estatus socioeconómico y lugar de residencia. Dependiendo de esa configuración, el lenguaje conceptual del paciente y su entorno dedicado al cuidado se va a nutriendo de expresiones como referencia/ contrarreferencia; GES/ NO GES; Urgencia; seguro catastrófico; cuidados paliativos, entre otros. La evidencia levantada en el contexto del proyecto de investigación Fondecyt 1190874 es que, de manera general, aquellos territorios más distantes de un lugar de atención médica presentan menores niveles de acceso real a la atención hospitalaria para enfermedades asociadas a los sistemas circulatorio, respiratorio, digestivo, genitourinario y tumores. Y los territorios que facilitan el acceso presentan hospitales de alta complejidad o clínicas privadas especializadas. En términos de desigualdades territoriales, las diferencias son evidentes en favor de territorios que tienen un mejor estatus socioeconómico.
—¿Dónde están las camas de cuidados intermedios e intensivos pediátricos?
La densidad de la oferta disponible varía en función de la latitud en que se encuentre el paciente. La macrozona centro, que reúne los Servicios de Salud que componen la Región Metropolitana, concentra de forma importante el 51,2% de las camas UCI, el 41,1% de las camas UTI y el 44,6% de la oferta global (UCI + UTI). Si uno se pasa a un nivel regional, el escenario se complica. En Atacama, Arauco, Araucanía Norte, Chiloé y Aisén no existen camas UCI. De requerir este tipo de equipamiento, los pacientes y sus familias deberían ser conducidos a Servicios de Salud cercanos o donde se encuentre una cama disponible en la red. Las camas UTI están presentes en 28 de los Servicios de Salud, a excepción de Arauco.
En consecuencia, la red hospitalaria pública donde existen camas UCI o UTI está compuesta solo por 41 establecimientos a lo largo del país, que tienen el equipamiento y el personal especializado para tratar los requerimientos pediátricos de mayor complejidad.
Este es el soporte en red, que debería dar cobertura para los pacientes que necesiten de esta atención especializada. Ordenados de norte a sur, las opciones disponibles son las siguientes: Hospital Regional Dr. Juan Noé Crevani (Arica); Hospital Dr. Ernesto Torres Galdames (Iquique); Hospital Dr. Carlos Cisternas (Calama) y Hospital Dr. Leonardo Guzmán (Antofagasta); Hospital San José del Carmen (Copiapó); Hospital Dr. Antonio Tirado Lanas (Ovalle); Hospital San Juan de Dios (La Serena) y Hospital San Pablo (Coquimbo); Hospital Dr. Gustavo Fricke (Viña del Mar) y Hospital San Martín (Quillota); Hospital Carlos Van Buren (Valparaíso); Hospital San Camilo (San Felipe); Hospital El Carmen Dr. Luis Valentín Ferrada (Maipú); Hospital San Borja Arriarán (Santiago); Hospital de Niños Dr. Roberto del Río (Independencia), Hospital Dr. Félix Bulnes Cerda (Quinta Normal) y Hospital San Juan de Dios (Santiago), Hospital de Niños Dr. Luis Calvo Mackenna (Providencia); Instituto de Neurocirugía Dr. Alfonso Asenjo (Providencia); Instituto Nacional de Rehabilitación Infantil Presidente Pedro Aguirre Cerda (Peñalolén); Hospital Dr. Exequiel González Cortés (San Miguel), Complejo Hospitalario Dr. Sótero del Río (Puente Alto), Hospital Dra. Eloísa Díaz Insunza (La Florida); Hospital Padre Alberto Hurtado (San Ramón); Hospital de Santa Cruz, Hospital Regional de Rancagua y Hospital San Juan de Dios de San Fernando, Hospital Dr. César Garavagno Burotto (Talca) y Hospital Presidente Carlos Ibáñez del Campo (Linares), Hospital Clínico Herminda Martín (Chillán), Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente (Concepción), Hospital Las Higueras (Talcahuano), Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz (Los Ángeles). en el Hospital Dr. Mauricio Heyermann (Angol), Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena (Temuco), Hospital Clínico Regional (Valdivia), Hospital Base San José de Osorno, Hospital de Puerto Montt, Hospital de Castro, Hospital Regional (Coihaique), Hospital Clínico de Magallanes Dr. Lautaro Navarro Avaria.
—¿Qué efecto tuvo la pandemia en el acceso a tratar enfermedades distintas al Covid?
La pandemia ocasionó un efecto directo en la postergación de atenciones hospitalarias para todas las enfermedades. En 2019 existieron 1.636.508 egresos hospitalarios; en 2020 existieron 1.330.477 personas que ocuparon camas hospitalarias. Por lo tanto, considerando el conjunto de establecimientos públicos y clínicas privadas, existieron 306.031 menos atenciones en todo 2020.
A lo que apunta la evidencia levantada en el contexto del proyecto de investigación ANID-COVID 0476 es que 7 comunas dejaron de atender más de 500 atenciones por cáncer entre 2019 y 2020, impactando con más fuerza en los territorios de Maipú y Santiago. El detalle del impacto en los diversos territorios es posible verlo aquí <<<
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Manuel Fuenzalida, académico del Departamento de Geografía UAH
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