¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

El lado bueno del CAE

Julio, 2014 | Economía, Educación, Entrevista

Eugenio Giolito

Visita Internacional

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En pleno debate por la reforma educacional y la eliminación del Crédito con Aval del Estado (CAE), el economista Eugenio Giolito plantea que el sistema de financiamiento ha tenido efectos positivos en los escolares chilenos.

Una de las grandes consignas del movimiento estudiantil ha sido castigar el endeudamiento que sufren los jóvenes que estudian con el Crédito con Aval del Estado, CAE. Un sistema de financiamiento que comenzó a implementarse el 2006 y que hizo posible que cualquier estudiante pudiera costear cualquier carrera en cualquier universidad, a diferencia de su antecesor, el Fondo Solidario, que corría sólo para aquellos que ingresaran a universidades del Cruch. Desde el 2006, un joven puede estudiar en una universidad habiendo obtenido 475 puntos en la PSU.

El economista Eugenio Giolito decidió investigar qué efectos ha tenido el CAE en la escolaridad. Para eso tomó datos de la encuesta Casen y realizó un seguimiento a escolares de distintas comunas y de todos los quintiles desde 2002 en adelante. Lo que encontró es sorprendente: desde la implementación del CAE el 2006, los escolares mejoraron su rendimiento, asistieron más a clases, abandonaron menos el colegio y menos jóvenes quedaron embarazadas.

“Esto va un poquito contra la corriente”, dice Giolito, “pero el hecho es que estos chicos podrían haber terminado en la calle y no fue así”.

El CAE, reflexiona el economista, abrió una ventana de oportunidades en los jóvenes. “Esto es un efecto social muy grande y no es lo que normalmente se dice sobre el tema. Los chicos han reaccionado frente a una oportunidad de mayor acceso. Algo está pasando, y es totalmente independiente de que las universidades a las que acceden sean malas”.

Para Giolito, lo importante de estos resultados es que demuestran el esfuerzo de los jóvenes y su voluntad por acceder a estudiar. “Hay chicos que no abandonaron la escuela. La gente hace algo, reacciona frente al CAE. Están cambiando su camino como estudiantes secundarios”.

Links UAH: 
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