Un estudio español estableció que un 7% de los hombres se encarga de sus en condiciones de igualdad completa. ¿Y en Chile? Sobre cómo impacta la falta de apego parental, habla Francisca Pérez Phd, académica de la Facultad de Psicología UAH y Directora Magíster Clínica Psicodinámica con Niños y sus Padres.
¿Qué le pasa al hombre que no participa en la crianza de sus hijos? Puede presentar sentimientos de exclusión, soledad, celos, culpa, tristeza u otros, señala Francisca Pérez.
La paternidad, y qué hace distinto aun niño cuya relación con su padre es efectiva en los primeros 5 años de vida, es una de las preocupaciones del Programa de Intervención en Vínculos Tempranos de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado. En este sentido la directora del Magíster en Clínica Psicodinámica con Niños y sus Padres, Francisca Pérez, explica que diversas investigaciones muestran que la presencia activa del padre impacta positivamente el desarrollo de los niños en el área social, emocional, cognitiva y aumenta las probabilidades de que los hijos presenten una mejor salud mental en la adolescencia.
En una revisión de 16 estudios longitudinales en los cuales se consideró la variable impacto de la presencia del padre, se encontró que quienes tuvieron un padre involucrado en su infancia presentaron en promedio menos problemas conductuales, menos conflictos con la ley, menor vulnerabilidad económica, mejor desarrollo cognitivo, mejor rendimiento escolar y menor estrés en la adultez.
Bebés que se desarrollan con el respaldo de padres que se apoyan mutuamente en su función parental desarrollan un sentimiento de bienestar y herramientas adaptativas que le ayudarán a insertarse al ambiente preescolar, a expresar sus sentimientos y a sentirse más seguros.
Pero, en la sociedad actual: ¿Los hombres están incorporados realmente en la crianza?
En países occidentales desarrollados los padres se han involucrado más en la crianza durante las últimas décadas, sin embargo, aún dedican menos tiempo a esta actividad que las madres, a pesar de que éstas trabajen fuera del hogar.
En Chile, si bien los hombres están cada vez más interesados en participar en la paternidad, todavía su desempeño está focalizado en roles como el juego, los paseos y el apoyo en tareas escolares. Los resultados de la Encuesta IMAGES (Aguayo, Correa, Cristi, 2011), refieren que si bien nueve de cada diez hombres tienen interés por involucrarse más activamente en la crianza de sus hijos, específicamente en los diferentes momentos de interacción con el sistema de salud y educativo, sienten que existen barreras culturales y materiales que dificultan su participación, tales como horarios de trabajo, permisos laborales, y creencias tradicionales que consideran como exclusivos de las mujeres los temas de salud, de cuidado o educativos, etc.
¿Qué le ocurre a un hombre que no participa en la crianza de sus hijos?
-Va perdiendo la posibilidad de conocimiento mutuo con su hijo y de ir ajustando su relación, principalmente en la esfera de los afectos, a través del intercambio cotidiano con ellos. . De este modo disminuye la posibilidad de desarrollar un apego seguro con sus hijos, ya que al estar ausente se pierde la posibilidad de responder a sus señales, sus demandas y finalmente de constituirse en una figura de confianza con la que el niño sienta que puede contar. Además, un hombre que no participa en la crianza de sus hijos se está perdiendo una parte fundamental de su vida familiar, lo que eventualmente puede generarle sentimientos de exclusión, soledad, celos, culpa, tristeza u otros. Esto no sólo va a tener un efecto directo en la relación que vaya a desarrollar con sus hijos, sino que también en la relación que tenga con la madre de éstos.
¿Y cuál es el impacto de un niño que no se relaciona con su padre?
-La ausencia de una figura paterna (puede o no ser el padre biológico) ha mostrado tener un impacto negativo en el desarrollo de los niños, específicamente en su proceso de separación e individuación, inhibiendo en ellos una conducta de exploración y expansión en el mundo. Asimismo puede afectar de forma negativa el desarrollo de la curiosidad, las habilidades intelectuales y sociales y la estabilidad emocional.
Francisca Pérez.
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