¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

La Biblia de la nueva Constitución

Junio, 2016 | Calidad de vida, Cultura, Entrevista, Sociedad

Gonzalo García, Victoria Martínez y Pablo Contreras.

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Es el Primer Diccionario Constitucional Chileno escrito por los destacados abogados y académicos de la Universidad Alberto Hurtado Gonzalo García Pino, actual Ministro del Tribunal Constitucional;  Victoria Martínez Placencia y Pablo Contreras Vásquez. . La nueva publicación aterriza en una tormenta política perfecta: donde hay desconfianza y poca educación cívica, pero la gran misión y convicción de armar una nueva carta fundamental.

Quienes hayan vivido un Encuentro Local Autoconvocado (ELA) o un cabildo, simplemente saben lo relevante que es este texto para la discusión ciudadana. Porque fueron en esas reuniones donde se supo que sí hay un profundo sentido republicano de miles de chilenos que quieren participar en el Proceso Constituyente, pero que más allá de las ganas de querer una nueva Constitución, no se manejan todos los conocimientos que sirven para darle forma..

Es más, muchos asumieron la profunda ignorancia en términos jurídicos de cómo respiran las instituciones en Chile. Preguntas como: ¿Qué diferencia hay entre un régimen presidencial y  uno parlamentario? fue uno de los   análisis y búsquedas de rápidas respuestas entre los participantes.

Las reuniones, convocadas en juntas de vecinos, en el patio de una casa, en el balcón de un departamento o en una sala de clases sirvieron para decir “no sé de qué hablan” y enseñar, en términos simples, el alcance de los derechos, deberes y principios fundamentales para avanzar como sociedad.

Según el Observatorio Político – Electoral de la Universidad Diego Portales, ya se han realizado 7.760 encuentros locales, con una participación de casi 70.000 personas. En este contexto toma importancia el primer Diccionario Constitucional Chileno y los 550 términos que define. El texto integra el contenido de toda la Constitución y las principales reformas incorporadas hasta el 31 de diciembre del 2015.  

El primer Diccionario Constitucional Chileno, de Editorial Hueders, es una larga investigación de los destacados abogados y académicos Gonzalo García Pino, actual Ministro del Tribunal Constitucional;  Victoria Martínez Placencia y Pablo Contreras Vásquez. Este manual fue pensado para estudiantes de de Derecho que cursan primer año  ,considerando la complejidad de la carrera cuando se acercan a temas complejos   de Filosofía, Teoría, Ciencia Política y Derecho Constitucional.

Si bien, fue un trabajo previo al Proceso Constituyente que ha conducido  el Gobierno, empalma con los objetivos de retomar discusiones cívicas que interesan a todos y todas. Precisamente, la falta de un saber común ha sido particularmente difícil en algunas áreas de debate de los encuentros locales autoconvocados,   donde se requiere discutir sobre instituciones que no son conocidas, a nivel básico, por las personas. “En esta coyuntura, estamos difundiendo este insumo o herramienta para las discusiones constituyentes del Chile que viene”, explica el coautor Pablo Contreras.

La primera edición publicada el 2014 se agotó, y este 2016 se quiso dar el salto para difundirlo a la ciudadanía. Armarlo no fue fácil: se demoraron siete años, y todo el 2015 se trabajó para tener una nueva versión con más de 100 términos actualizados.

El libro parte de una base clara: recoge 550 conceptos que se encuentran en la letra de la Constitución misma, lo que fue complementado por algunos conceptos que surgen del Derecho Internacional y de la doctrina especializada en Derecho Constitucional. Explica términos como derechos a la vida, sus orígenes y sus consecuencias. El índice fue depurado en varias oportunidades y, durante el año pasado se le agregaron nuevos conceptos, como el Derecho a la identidad o Lobby.

Parte del método fue revisar todos los diccionarios jurídicos que se han publicado en Chile, inclusive aquellos que son especializados en definiciones constitucionales.  “En la literatura comparada, hay buenos ejemplos como el Diccionario de Política de Bobbio, Matteucci,  Pasquino o el Black’s Law Dictionary. Sin embargo, ninguno se adapta a las necesidades chilenas de tener un buen texto para consultar cualquier materia constitucional”, explica Contreras.

-¿Qué le pasa a una sociedad que no sabe educación cívica?

-La educación cívica no es sólo una transmisión de conocimientos sobre principios, derechos e instituciones., es también una forma de socializarnos en los valores políticos que le dan sentido a nuestra comunidad. Además, tiene un potencial crítico ineludible: saber sobre ciertas cuestiones constitucionales básicas permite tener cuestionamientos fundados respecto de cómo esperamos que funcione el Estado, la Democracia y cómo se protejan nuestros derechos.

www.diccionarioconstitucional.com

Los abogados Gonzalo García, Victoria Martínez y Pablo Contreras.

 

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