¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

50 años del CIDE

Mayo, 2015 | Educación, Videos

Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación

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Medio siglo llevan los expertos en educación de la Universidad Alberto Hurtado trabajando por eliminar la brecha educacional. Si en los ‘60 la pelea era por la cobertura, hoy es la calidad y en el futuro, sin duda, la igualdad. El equipo del CIDE sabe que la tarea es eterna y sin fecha de examen de grado final.

50 años de experiencia diagnosticando las enfermedades de un sistema educativo injusto, hacen que el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación, CIDE de la Universidad Alberto Hurtado reciba el respaldo de la presidenta Michelle Bachelet para no dejar caer los brazos en la porfía de eliminar la desigualdad en la sala de clases. Más cuando este 2015, según la OCDE el país aparece con un 44% de los niños de tres años no asistiendo a un recinto educacional. El desafío es continuar innovando en las políticas públicas. El peso de la historia así lo revela.

Este centro nace con números que estremecían al Chile de finales de los 60. Era una época de reforma, cuando gobernaba el presidente Eduardo Frei Montalva y se hablaba de reducir las tasas de analfabetismo de un 16.4% en 1964 a un 10% en 1970 o aumentar la educación media humanista en un 117%; o que la educación técnica se disparara en un 211%.

Hoy las preguntas y las tareas pendientes son otras: desarrollo escolar, el impacto de las políticas educativas, la formación docente inicial y continua, las estrategias de trabajo en aula y mejora escolar, fortalecimiento de la educación pública,  junto al análisis de las trayectorias que conectan educación y trabajo, todas políticas dirigidas a seguir impactando en la dolorosa desigualdad vigente. Por lo mismo, la misión se actualiza y la tarea es continuar  colaborando en la innovación a nivel país para hacer de esta sociedad un lugar más justo y equitativo.

Las mentes que escucharon a la primera Mandataria, aceptaron la tarea de empujar el mismo carro. “Hemos trabajado juntos, nos hemos escuchado, nos une la certeza de que la exclusión actual de nuestro sistema educativo es la piedra de tope en la generación del capital humano del futuro. Nos une la convicción que la educación no puede ni debe ser un bien privativo de quienes pueden permitirse pagar por ello”, señaló Michelle Bachelet.

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